Te regalo una canción inventada en tu mirar,
Unos versos escritos con palabras transparentes
Y una lágrima que mi rostro quiso cruzar.
Te entrego esta saeta al cantar, para pintar
de colores los errores que he tenido,
Para matar a los recuerdos y aprender a olvidar.
Te doy mi corazón sumido en su silencio,
Una sonrisa tan amplia como el cielo abierto.
Una mirada, un sueño como el mar: inmenso.
Te doy mi ser entero, mi amor en prosa y verso,
Te doy mi confianza y mi respeto,
Y tú. de ti no quiero nada más que un beso.
Y te amaré hasta que mi tiempo se acabe muriendo,
Como ama la Luna a la Noche y el Mar al Viento.
Y daría mi vida sólo por la melodía de tu voz riendo.
Esperaré, por si un día yo soy Luna y tú eres Mar,
Yo pálida en tu recuerdo, el más frágil sentimiento.
Tú, con la potencia del mar, abarcando mi cuerpo.
Y al despertar recuerdo lo irónico del destino,
Que hoy esté aquí, entre El Mar y la Luna que debíamos ser.
Inventando una canción para el vacío de mi querer.
Lo irónico de lo que en este mismo momento está pasando:
Las olas, desde el horizonte, vienen galopando.
Y tú. tú que debieras estar a mi lado, tú. te vas alejando.