Quizás solo vine para decirte adiós,
Para justificarme por estar allá de lo lejos,
No pudo entender aquel viaje en que sollocé,
Por mi propia ausencia, mas acá del tiempo.
La noche tiene un sonido parejo, pasan las luces,
Hoy te vi. Bajo las llamas se endurece.
Hay límites que no podemos traspasar.
Silenciosa imagen del abandono,
Soledad repetida del mismo vivir
Qué pretender cuando soy el desperdicio
Y dentro de ti destruyo tu mundo.
Dónde mirar, si me tomo una botella de tequila
A qué brazos acudir, si los he cortado todos.
No era tan cierto el futuro,
No tan bella la vida,
Espacio prometido.
Nadie podrá salvarme ahora,
Yo solo vine a despedirme por tus ojos
Solo vine a mirar como yo mismo te decía adiós
De pensar lo que nos quedaba
Una lagrima helada en mi resplandor
Si soy yo quien me abandono
Vine a lamentar todo lo que faltaría por sentir
Mírame no tuve tiempo de decirte
Lo que venia en realidad a decir
No supe bajarme sin pasado
Encerrando en la poca longitud del tiempo
Cuando me fuera
Aparecí como un pájaro lanzando aletazos contra el vidrio
Así me sostuve defendiéndome del vicio
Todo el tiempo diciéndote adiós
Hola y adiós en estampida
Apresando el cordón umbilical que me abriga hacer sexo
Con o sin aliento al alcohol, te pertenecía
A cumplir mis deseos y ¿tu placer que?
Dejando mi amor como cuenta en banca rota
Copyright © 2010 Ramiro Álvarez Cedeño.