Cuán fatal es tu calma
¡oh atardecer!, y cuán engaño eres para mi alma, cuando te cortejan las alegres nubes y el cielo de zafiros serenos
cubren, y las tranquilas auras, por los caminos de la oscuridad, a lo largo del universo lleva esa paz, que mi corazón también anhela;
errantes van mis pensamientos por las vías de la nada eterno, y mientras tanto huye este real tiempo, y con el van las sombras de mis alegrias ,las penas
y el recuerdo del amor que cuando mi corazón tenia, nunca me pareció un efimero momento porque tal vez ,funde castillos en el viento, y el mismo viento lo derribó con el tiempo.
Absorta veo tu inmensidad, y con la sombra de la noche se destruye en mi adentro, toda lucha ,y duerme a la vista de tu belleza, el espíritu guerrero
que en mi aún ruge;
¡oh atardecer! tu calma es bálsamo para mi alma, pero no para mi corazón,
él aún late, ansia y espera un nuevo amanecer.