Te encontró la escarcha
Qué dolor! Qué pena! Gritó la mañana,
con manos de hielo, con voz escarchada.
Cuando llegué, al alba de este nuevo día,
ya no respiraba, y estaba muy fría.
Todos ignoraban a la criatura,
la veían siempre en la misma postura.
Echada en el piso , cerca de ese muro,
elegía a menudo un lugar oscuro.
Allí esperaba, mientras que dormía,
llegaran los diarios que ella repartía.
Esta negra noche la encontró cansada,
sin querer, la brisa , voló los harapos con que se tapaba,
e implacable el gélido clima imperante,
le truncó la vida , de tan poco alcance.
La dejó sin sueños, sin sol, sin mañana,
Sólo con el frío, las hojas, las ramas,
que yacían inertes y desparramadas…
® Susana Valenzuela 01-08-09