Los que mueren en las fronteras.

En memoria a todos los que han,
Muerto en la fronteras y el mar,
Y a los que han sobrevivido.
Cansado del tropiezo y de burlas,
Que los emigrantes somos pandemias,
Que el idioma de Cervantes suena extraño,
Que la eñe no esta en la constitución.
Hasta cuando hijo de perra.
El dólar no puede ser pasos,
O el bolívar, sucre sol, colon.
De Alaska a chile es América.
Si no ha cambiado la geografía.
Que colon se mojo el culo,
Para descubrir estas tierra.
Aquí se celebra colombo day.
No Washington ni lo vikingos day.
Por ese breve ladrido, de que piensan que América,
Es para los americanos y nosotros que estamos vivos.
Muerto de sed, y palabras amargas,
Por decir, algo en oídos extraños,
No se cuanto tiempo me queda en el destierro,
Los hierros oxidados de las horas finales.
Sus ruidos en lo remoto, se dejan escuchar desde el pasado.
Las rosas mirando a través de los remolinos del viento.
No saber la espera en los umbrales de un bosque,
Cada vez más lejos de casa,
De los seres más queridos,
Siempre menos creíble, inalcanzable.
Sin rumbo es la marcha cuando,
No hay espíritus dentro de los cuerpos.
El viento arrastras papeles por las calles,
Son noticias del periódico de ayer.
Siguen los mismos dictadores en el poder.
Los sueños de la muerte se entremezclan.
Unos en otro convertido. Como páginas de un mismo libro,
Hojeado por quien busca en el rostro de un querido,
Y solo se puedo visualizar una pequeña estrella que se apaga,
Y se aleja sin sentido, se muere la esperanza,
Queda únicamente un poco de sosiego,
Un canto de alabanza para nadie,
A quien rezarle si no hay cuerpo.
Dejarse seducir por el aliento de una bestia.
Entrar en los laberintos del muro del olvido,
Vida sin nombre, mueren en las fronteras,
Carne humana alimentando a tiburones.
Hacia el amanecer de cualquier fugitivo en la noche.
Callar es peligro, sentarse a ver el suicidio de los hijos.
Escribir fantasía es fácil, no saber de las realidades,
Es estar en página en blanco.
Nosotros estamos a salvo no tenemos mar ni rió bravo,
Ver los rostros ahogarse poco a poco en el mar,
Con el silencio cayendo en las espaldas,
Saliendo por donde se filtra la demencia.
Acumulada en recipiente hecha con arcilla de un osario,
Del que lleva cincuenta años en el poder,
Como culpar a alguien si son inocente.
Están en el poder.
Los mismos poetas sin poder escribir.
Es una trampa de fuego que han puesto en la ventana,
Para saquear toda las esperanzas, incinerar.
Las mariposas monarcas que esta en México,
Y los patos de Canadá que están Cuba.
Que antes venían ha bendecidnos.
Cegar la luz divisada en la mañana.
Harán de nuestros abandonados. Pequeñas sumisiones.
Desde una playa hasta el rió bravo.
Que harán de Nuestros ocasos definitivos.
Copyright © 2010 Ramiro Álvarez C
01.01.10