La nostalgia

Volvió un día con la luz de su siniestra
arrogancia altiva que devuelve su mirada,
y al volver me tendió el saludo de su diestra
ambición de poder que no perdió ni se acaba.
Volvió un día a tejerme entre sus redes
para querer atrapar la nostalgia de una herida,
y al no poder perforar en mis paredes
el alma rechazó su vulgaridad parecida.
Volvió un día porque entendió que la noche
ya no era su lugar de belleza altiva,
y entre mieles me devolvió aquellos derroches
que robó sin piedad, una tarde a escondidas.
Volvió un día y al rechazar su ofrecimiento
se fue callada como vino en su sendero,
volvió un día, la nostalgia, y el lamento
se la llevó adonde no brillará su mágico lucero.