La noche es una lámpara encendida,
En la calleja gris, adoquinada,
Y era una sombra tu imagen, penetrada,
Sobre mis incienso amarga despedida.
En las tardes, golondrinas heridas,
Latidos graves muchas alas mutilada,
Canción que fue canción y no cantada,
Olas en que el agua se quedo dormida.
Mientras tus neuronas inventan,
Otras realidades que nadie podrá decirme.
La verdadera estrategia o combinación.
Que utilizaste en tu arco para flecharme.
Avanzaba la sombra, y tu amor reaparece,
Como dando tumbo sin saber, ni impórtale,
Más allá tiene los ojos serrados,
Una palabra elegida para la angustia.
El dolor siempre es la hora repetida,
En la ausencia del rasgo tiembla mi pulso,
La supuesta ansiedad, es el regreso y la ida.
De la ausencia, la palabra, y el beso.
Copyright © 2010 Ramiro Álvarez Cedeño.