La vida humana, nuestra propia vida,
un instante fugaz,
una sombra que pasa de repente
y que no volverá,
un eco de lejanas melodías
de ritmo desigual
que de pronto resuenan claras, diáfanas
y de pronto se van.
Es un juego de niños en la tierra,
es murmullo del mar,
es el llanto del viento entre los árboles
es viento nada más;
es cúmulo de sueños en un beso,
suspiro y ansiedad,
un pájaro que vuela solitario,
es ganas de llorar.
Es tenue y vaporoso claro-oscuro
desaliento y afán,
rocío mañanero que se posa
silente en el rosal,
flor que renace y crece y da su fruto,
paso a la eternidad.
Es devota oración en el silencio
del alma que al rezar
escucha del Señor una respuesta
que habrá de darle paz.
Heriberto Bravo Bravo SS. CC
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!