Esta tarde
sin alarde,
sólo hago recordarte.
Tarde gris,
sólo pienso en ti,
y en no más puedo concentrarme.
Esta tarde,
sólo un detalle
en mi cuarto yo y nadie.
Triste y solo,
sin brillo en mis ojos,
todo parece contrariarme.
Llega la noche,
un mundo de reproche,
tú no estás a mi lado.
Me acuesto ¡oye!,
sin que en el alma brote
la calma que he deseado.
Me duermo
sin aliento,
sólo pensando en tu amor.
Te quiero,
pero tanto siento,
que no vibre la ilusión.
Al fin llega el sueño,
después de tanto desvelo
y te veo danzar en mi fantasía.
Vienes sólo a mí,
te quiero tanto sí,
por ser mi ilusión, mi alegría.
Despierto,
ya sé que no te tengo
y vuelve mi frustración.
En la mañana está lloviendo
y la soledad me está carcomiendo
y, sin embargo, vive mi ilusión.
Alguien toca la puerta,
mi alma se despierta,
pues tú has llegado.
Me confundo en tu aliento,
todo pasado es otro tiempo,
tengo todo lo deseado.
¡Qué alegría!
Siente la vida mía,
con tu buen amor.
Yo te quiero,
te lo digo y lo demuestro,
eres de mi vida la razón.