Me embriagué sin quererlo,
con la espesura de unos besos,
resoplé en cada intento,
y con el viento enloquecí sin remedio.
Bajo miles de gotas de rocio,
imaginé colores de arco iris vivos,
entre mares aún gravemente enfurecidos,
me perdí en la bravura de una palabra en vilo.
Y entre árboles que acunan mis sentidos,
recorro miles de pesares consentidos,
que ya no me acuerdo de tu sigilo,
que ya me olvidé de un pálpito introvertido.
Saboreando nieblas sobre destinos,
sentada sobre recuerdos, dejando vacios,
miro al cielo y con nostalgia sonrío,
dónde habré perdido la sombra de mi camino?