Anoche vertí en tu cama
las lunas de mi corazón,
te sentiste tan halagada
¿qué más podría hacer yo?,
lo hice todo, por verte sonreír
es un placer que me inspira
a seguirte sin rendir;
a besarte entera, tu piel fría;
a calmar tu paciencia finita;
a relajar tus dedos crispados;
a sonreír a tus ojos eclipsados;
y calentar tu cuerpo,
hacer de toga o manta
y calentar tu tierno pecho,
no me supone siquiera impedimento.
Sabias que podías tenerme;
sientes que puedo complacerte;
conoces mi crónica verdadera,
no apuntes hacia otra meta,
te explicaré para que entiendas
que busco el amor imperecedero;
ese que no dura unos minutos de celo,
sino que nunca se rompe
que siempre continua
sin alterarse por nada,
su calidez aumenta sin medida.
No me beses con cariño,
pues sólo quieres sexo conmigo,
no me beses con pasión
mas no buscas mi corazón,
si quieres, bésame simplemente
mientras hacemos el amor,
porque no te daré nada
que no merezcas sin razón.