LLEGAR A VIEJO

Cuando tenga más años que memoria,

cuando sea una molestia mi presencia,

cuando esos años golpeen mi existencia

y mi caducidad sea notoria,

cuando el cansancio despoje a mi euforia,

no me humillen con la indiferencia.

Cuando mis hombros estén vencidos por el tiempo,

y las arrugas de mi piel marquen mi vida,

cuando no diferencie la verdad de la mentira

y mi permanencia ya no sea un ejemplo,

ese olvido tan doloroso que presiento,

hará que esté deseando pronto mi partida.

Cuando ya a nadie le importe mis consejos,

y sea una molestia mi lento caminar,

no me ignoren que es penoso contemplar

la eterna agonía de llegar a viejo,

cuando no aprecien de mí todo eso,

ni las cosas buenas que les supe dar.

Cuando no me valga por mi mismo,

ni aún con lentes sea claro mi mirar,

precisaré palabras que puedan lograr

que no se pierda mi optimismo,

porque desear cariño no es egoísmo,

si no recibir un poco, de todo lo que supe dar.