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Entre las frondas marginales
de los campos y jardines,
Entre las medulas, de hojas,
pétalos y flores,
Entre aromas de polen
y bellos explendores,
Entre la inmensa belleza
que se expande a los confines.
Allí esta ella,
en esa mezcla de aroma y predador,
Allí acechando,
se esconde la espectante,
En atisbos, deslinda
emboscante y vigilante,
Allí buscando su alimento
nos muestra su avizor.
Demostrando que los riezgos,
se adhieren con destreza,
Desde las sendas mas bellas,
hasta la fría ensenada,
Desde el estridente ruido.
al silencio en su mansión.
Donde ronda la apostura,
se puede encontrar la fiereza,
Donde nos ronda la calma,
allí puede estar la celada,
Donde rondan los manjares,
puede estar la indigestión.
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