Tierra y Olvido

Abro los ojos y despierto

Despierto

En esta urbe extraña

Donde el hombre se convierte

En lobo del hombre

Donde la impiedad por el prójimo

Se enseñorea y desplaza a su gusto.

He despertado

Y veo que el hombre se solaza

En su propia crueldad

Compitiendo por llegar

A la más salvaje y refinada

Brutalidad

No hay tan solo

Reclamo en mi poema

¡Hay indignación y vergüenza!

Vergüenza de pertenecer a una raza

¡Que se dice humana!

He despertado y solo escucho

Voces de lamentos, dolor y muertes

Encerrados en una terrible sinfonía

Que crece y se encierra en un mundo

De mis más negros poemas.

La rabia, la cólera, la frustración

Encienden y avivan mi fuego

Mi voz se rasga en este amanecer

¡Doliéndome del dolor ajeno!

Veo al hombre preso en su moderna esclavitud

Moviéndose como maniquí

Al ritmo de invisibles hilos

Que lo desgajan y lo tiran

Al final de su jornada

Inservible ya

Arrinconado en su propia casa

Sin deseo ni conciencia de su valer.

Cierro los ojos…

Mientras escucho a lo lejos

Las notas quebrantadas

Lánguidas y sensuales

De un lúgubre saxo

Asomándose a la frontera de mi ventanal.

Luego se esparce un silencio…

Infinito y tangible

Permitiendo escurrirme

Como el agua entre los dedos

Echando sobre mi memoria…

Tierra y olvido.