Una entre tantas otras iv

La bandera del amor ondea en mi trinchera y buscando entre la niebla al enemigo podría pasarme la vida entera.
LLevo enredada alrededor de mi cuello una soga; si veo tus ojos y me aprieta hago apología de la droga. Viajo y no sé a donde voy, y si la maleta me pesa más de lo que debiera visito un camello para que la vida se me haga más ligera; después de que te fueras me considero un yonki de primera.
Te perdono lo que sea y sigo amándote. Para llegar a tu corazón hay que atravesar el triángulo de las bermudas, mi barco fue a la deriva y quedé naufragando no sé a donde.
Lo siento nena por lo que hice mal y no supe hacer mejor. Lo siento porque ya no quiero creer en un destino a tu lado, si me buscas estaré sin quererte encontrar y colocado.
Puedo encerrar a mi corazón por terrorista aunque mi conciencia se coma mi dignidad y es que me iría sin saber por qué te vas. Me tocaría ordenar el caos que dejaste atrás y ya no sería el hombre que quizás amaste, sería la nada donde un Bing Bang haría de mi otro.
Y aunque hago palabras con cristal aún no puedo hacer el arte que yo quiero con mi reflejo porque sigo discutiendo con el espejo. Busco el orden y no sé si inflingir la ley que un día me corono rey.