Con absoluta reserva te formé,
uniéndote como si fueras un collar,
explorando con prudencia en la maraña,
pude armonizar el inventario.
Con mucho esfuerzo pude discernir,
la naturaleza de las cosas,
y en cada situación quedó ordenada,
com un acontecimiento cierto.
Registré sin retricción alguna,
los diversos estados de mi ser,
como se fueron sucediendo,
durante la eventualidad de mi existir.
Ahora con prudencia y sensatez,
me jacto del vigor al renacer, con facultad espiritual para sentir,
y con valor enérgico para obrar.