He tomado una desición
aunque vaya en contra del corazón,
siento que será lo mejor para los tres.
Y no le llame cobardía,
ni falta de hidalguía, precisamente
pensé primero en usted y dios sabe
como queda mi amor, sangrando de dolor.
Tome esta poesía,
como mi carta de despedida;
el último regalo de un triste poeta
a un sueño que no pudo ser.
Encuentre los colores de la vida,
en cada uno seguirá mi mensaje
de partida; no olvidaré nunca el
arcoiris que me inyectó cada tarde
su sonrisa.
Abraze estas, mis últimas
líneas, como las palabras que
quise decirle un día; en esta mi
despedida, gritaré que la amaré,
llueva o escampe, sea noche o día
en cada momento de lo que quede de vida.
Autor: Martin Lunary