---Todo y nada---

Solo, solitario voy por un camino
por el que ninguno, nadie ha transitado
y no entiendo nada, nada del destino
que, según me dicen, tengo ya trazado.
Voy desconcertado, temeroso, sobre
valles y llanuras viejas, novedosas
que solidarizan al rico y al pobre,
al hollar mis plantas sus ocultas fosas.
Voy dispuesto a todo y voy dispuesto a nada,
porque todo y nada para mí es lo mismo,
pues si al cielo elevo mi mortal mirada,
a mis pies persiste el nebuloso abismo.
Quiero que alguien llegue para que me ayude,
para que me guíe, para que me oriente;
pero a mis demandas, nadie, nadie acude.
Todo mi futuro se halla en el presente.
Desasosegado busco compañía
para deshacerme de mi soledad;
pero solamente la melancolía
es mi compañera de fatalidad.
¡Cómo me atormenta ver que el tiempo pasa
y mis alas lucen frías, sin aliento
y perdido sigo sin hallar mi casa,
imitando al tiempo, remedando al viento!
En mi pensamiento bulle caprichosa
la tenaz nostalgia que abre mis esquemas
evasiva, vana, desbocada, ansiosa,
siempre turbulenta sombre mis poemas.
¿Cuándo habré, Dios mío, de alcanzar la meta,
esa que trasciende los umbrales grises,
esa que en el alma de cualquier poeta
sangra siempre y deja luengas cicatrices?
Por cesar de tajo de mi lucha interna
este torbellino de mi belicoso
campo de batalla, busco la linterna
que ilumine a mi alma y que le dé reposo.
Todo está en silencio y es hasta estridente
el gracioso vuelo de la mariposa
que se desvance manso y elocuente
cuando llega al néctar en donde se posa.
Sé que mi silencio cósmico y vacío
tornarase pronto y hasta el infinito,
en un puerto amable donde el desvarío
ceje para gloria de mi Dios bendito.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC