Anoche te soñè, hombre divino.
ya jamás podrás ser fruto de olvido.
Amarte me fuè impuesto como sino,
y todavía Amor, no te he vivido.
Serás inspiración en mi camino,
pero jamás serás fruto prohibido...
Tu piel es mía, así ha sido escrito,
tu cuerpo con el mío ha de fundirse.
Tu noble corazón, cual bien bendito,
junto a mi alma debe reunirse.
Ha sido escrito ya nuestro destino,
esta pasión sublime ha de vivirse...
Son decretos de Dios, què puede hacerse?,
ríndete a la pasión que nos impulsa.
Si el decreto es beber ha de beberse
la sangre que en las venas hoy nos pulsa.
Si es amarnos de Dios el mandamiento,
ya lo sabes mi Amor, debe cumplirse.
No te resistas, ya nos llegó el tiempo
en que tu piel y la mía habrán de unirse...
Ven conmigo mi Amor, unámonos los dos.
No es capricho, no ves?...Es mandato de Dios!...