Un sueño

Hace tiempo tuve un sueño


que aun perdura en mi mente,


soñé que era...
como un águila real,


como un cóndor,
magistral y misterioso,


y que volaba a mi antojo,


los ojos del ave
los míos eran


a través de los cuales
yo miraba


percibiendo una belleza

nunca que jamás he visto.

A capricho del aire planeaba


y allí muy abajo un paraíso,


unos campos, verde intenso,


árboles de todo tipo,


arbustos y flores de mil colores


una casada entre las rocas


que alborotada sin cesar caía,


pájaros de todas clases


con los mas lindos plumajes


las mas bellas mariposas


de caprichosos colores


y en el aire embriagador


un inmenso olor a rosas.

Y al pronto me encontré


que me había transformado


dejando de ser un ave


me convertía en mi misma


y estaba allí disfrutando


en soledad apacible,


era la dueña y señora


en aquel lugar de embeleso,


nada vestía mi cuerpo


que impidiera movimiento,


pues no tenia materia,


era como el mismo viento,


cuanta paz cuanto sosiego


reinaba en aquel paraje.

Al canto suave del agua


unían el suyo las aves,


como música celeste


melodía inacabable,


en medio de un gran silencio


no había tiempo…


no había prisa…


no había nada…


y yo allí… 

dueña de todo.

Desperté aquella mañana


con dulce sabor de boca


envuelta en luz misteriosa


y un entusiasmo en el alma


que describir no es posible,


parecía renovada


otra fuerza me empujaba,


me dio aliento aquel sueño


para empezar mi jornada.

MG 02-1991