Gracias te doy querida amiga,
por ser tan noble, leal y sencilla,
por brindarme un consejo, que a veces duele, pero no humilla,
gracias por evitar que me hiera la intriga.
Te estimo, te admiro y respeto de verdad,
te escucho amiga y si sufres lo entiendo,
y asi como tu, con la misma sinceridad,
tu tranquilidad y felicidad tambien defiendo.
Gracias amiga porque cuando te necesito,
te encuentro siempre dispuesta a escucharme,
y entre tus problemas haces un lugarcito,
para guardar los mios intentando ayudarme.
A veces cuando en medio del caos,
que forman nuestras vidas,
logramos encontrarnos al menos un momento,
confieso que es cual balsamo, que cura las heridas,
y las vuelve sonrisas, que gustosas enviamos,
como un regalo al viento.