Se ha apagado una voz incomparable,
se ha marchado Luciano, se ha ido al cielo,
nos dejó sin su Sol y sin consuelo,
hay dolor y tristeza en todas partes.
Los ruiseñores quieren escucharle,
ya no quieren cantar, están muy tristes,
un grandioso tenor tuvo que irse,
y a los ángeles su arpegio fue a brindarle.
Se han quebrado su voz y en su lamento,
las orquestas no tienen ilusiones,
se ha marchado Luciano, y sus canciones
se han tornado en un triste sentimiento.
Sin su voz es la Opera un desierto,
falta uno de los tres Grandes Tenores,
se rompieron acordes y emociones,
se ha marchado Luciano, se ha ido al cielo.