Tres Sonetos a Cristo

1.
Perdón, Señor, con humildad te pido.
Al Mundo adulador me entregué ciego
e insaciable bebí, sordo a tu ruego,
por néctar su brebaje corrompido,
De mi locura estoy arrepentido.
Cansado de vivir, y hasta Ti llego
a que mi pecho abrases con tu Fuego
y a llorar, pues que tanto te he ofendido.
¡Oye, Señor, mi voa y dame alientos!.
¡No dejes mis plegarias sin consuelo.
¡No copies de mis malos sentimientos!.
Cálmame y colma todos mis anhelos
y por tu Amor sublime y tus tormentos,
¡enséñame a vivir mirando al Cielo!. 2.
Indigno soy de estar aquí a tu lado,
implorando perdón, Dios de mi Vida,
si pronto he de marchar, y a la salida,
promesas tantas trocaré en pecado.
¿Por qué me muestra tu Semblante agrado?.
¿Por qué consientes que mi boca pida?.
¿Por qué de mi maldad tu Amor se olvida,
si a una Cruz por mi culpa estás clavado?.
¡Ay, vida miserable y sin ventura:
Sólo vivir, Señor, para ofenderte,
poniendo en tus dulzuras mi amargura!.
Hoy que Tu Gracia sobre mí se vierte
y mi Alma de impurezas se depura,
¡haz que le tema al Mundo y no a la Muerte!. 3.
¡Qué pena siento, Dulce Jesús Mío,
cuando te veo en esa Cruz clavado,
tu amantísimo Pecho taladrado
por el hierro cruel del Hombre impío!.
¡Qué Angustia comprobar que en mi desvío
pague así vuestro Amor con mi pecado
y olvide que a Otra Vida estoy llamado
donde alcanzar la plenitud que ansío!.
Ven, Jesús, y a mi débil voluntad
dale el divino brío de tu Amor.
Dale la Guerra a mi estéril Paz.
A mi placer mundano, más Dolor.
A mi egoismo, generodidad.
y para hacerme Tuyo, ¡hazme mejor!.