El alma también llora

Hoy ha brotado una lágrima
surgida de una leve impotencia
llena de un gran sentimiento,
profundo e indoloro,
nacida de un largo camino
de sinsabores y frustraciones
que se van acumulando
en nuestro interior.
Es como un grito
nacido en el subconsciente
que se manifiesta
como brote desapercibido
pero está ahí
escondido en alguna parte.
¿Será una manifestación del corazón
que me avisa de su malestar?
Pobre corazón
en qué poca consideración lo tenemos,
siempre palpitando
a veces con ritmo frenético,
otras, a punto de pararse.
¿Qué puedo hacer,
cómo reaccionar a este suceso de hoy?
Me he quedado sorprendida
hasta un poco apenada
porque desconozco cómo solucionarlo.
¡Dios mío, dame serenidad!
No dejes que lo considere una derrota.
Me he sentido hundida
durante varios minutos
jamás me había sentido así,
ha sido sólo una lágrima
pero con tal intensidad
que sólo el recordarla me asusta,
sin embargo, me ha dejado una fresca sensación,
de paz, confesando el fondo de mi alma.
Somos mil sensaciones juntas y penetrantes ...
Un cúmulo diario de sonrisas o penas,
gracias a que somos fuertes
salimos a flote de los terremotos de la vida.
¡El alma también llora,
pobre alma mía!