Cuando nada lo niegas.

Desnuda te imagino atrapada en mis silencios
nubes de cristal espejadas y silentes,
búsqueda frenética en similares intentos
vagando tu geografía de propuestas insolentes.
Desnuda te percibo en el aroma de mis rosas
en la quietud tímida, profunda y absorvente,
en las manos del poeta que al decir de sus cosas
te describe inmóvil en sus escritos permanentes.
Desnuda y en la piel de mis ostrasismos
esos que las armaduras del alma te describen,
como la silueta sabia de ser como uno mismo
cuando nada lo niegas y todo...lo pides.