Allí, al final de esa calle empinada
donde se recuesta borracho de viñas el sol,
allí vi tu silueta por última vez, y a la noche,
me quedé oyendo graznar los cuervos azules
de la melancolía, sin poder quitar
de mi mente tu figura resuelta
a inmolarse en el ocaso
hasta desaparecer.
Yo no sé, diciéndote feliz conmigo
por tanto tiempo, qué impulso te hizo
dejar de amarme hasta quitarle
a tu desinterés, su máscara placida
y arrojarla a mis pies como una culpa mía.
Yo, que te traje a escuchar la rumba del mar
sonando sus maracas en el atolón.
Yo, que te salvé de la perdición
para que me salvaras.
Cuántas veces, con tus cabellos
y túnica al viento, me gritaste te amo.
Y cuántas veces hice que mi egolatría salvaje,
se arrodillara ante ti como un potro dócil.
No me alcanzan las estrellas del cielo
para contar las veces que nos narramos
la historia de cuando nos conocimos.
Historia que quedó conmigo; ambos
sin importancia para ti.
Hoy, en el estanque que es mi vida,
figuro mi esperanza de lo nuestro,
burbuja trémula que nace y explota.
Y, aunque porfiada de tu ausencia me ande
una angustia atea de la muerte irreversible
de tus besos, así como el ahínco tenaz
de éste poema que tocando fondo, cava,
desde que le puse cerrojo al horizonte
ya no quemo en el crepúsculo mis ojos
por verte regresar.
Más bien, mientras el lucero tirita en mi vino
y heráldico el gallo me recuerda que no dormí,
sonrío triste y dulce porque te perdí
menos de lo que me perdiste
y te pido perdón.
Safe Creative: 1412172794134
hola juan oriental, buenas noches hace tiempo te leía en un pagina de poemas \"poemas y poemas\" que administraba adegary. algo así. lo importante es que te vuelvo a leer, si eres tú es muy bueno volver a leerte y si no pues recibe un grande saludo y un especial agrado de leerte. recibe un saludo desde méxico