Cuando caía la noche, nuevamente yo quería
sobre los pliegues de tu cintura refugiarme,
sobre tus manos de seda, yo creía
verte en cada noche que moría al apartarme.
Cuando de nuevo, las ganas de tu figura
ahogaban incesantes a tener que verte,
yo quería ser cual ave que vuela a tu ternura
y desde tu jardín cantarte incesante al retenerte.
Yo quería ser tu aliento en la mañana, ser anhelo
que guardas celosa sobre tu pecho,
y tenerte, quise, como estrella en el cielo
pura bellaza, tan solo quise no estar sin ti, deshecho.
Creontte Idilio
Setiembre 2006