TU AMOR INFARTANTE

De haberte amado tanto ardió hasta el parque,
con la cera de combustible en llamas
Bajo mis pies volcánicos y tras la ventana de la pared
vi la baldosa de la vereda derretida
Los zapatos huyeron de mis pies al borde del colapso, y
del terremoto a la cornisa de los balcones del infierno
De mi cerebro apagado solo encendía el fuego de los reflejos,
ni una suma ni una resta, y
como hombre me sentí acorralado,
como un sátrapa en medio de un harem en cuarentena.
De mi camisa de ocho botones, no quedó ni un testigo por el piso
y mis pantalones de dos piernas huyeron despavoridos
como guepardo estirándose en la estepa.
Ahora me miras de nuevo como si hubiese sido un juego previo
¡ Ten piedad de mi esqueleto en hilachas y
mis genitales confundidos ¡
Me tocó una apnea que no he resulto y un infarto de pene al miocardio.
Los pulmones agitados, arañando como ladrones
un mínimo átomo de oxigeno al aire
Tu estiras las piernas como si vinieses de un turismo de playa
Yo de playa,
lo único que tengo es la piel enrojecida
Ojalá pase Eros y el ángel farmacéutico corrupto
soltando en la pieza un cajón de viagra
y un delivery de bodega, de toda la raza humana varonil exprimida
Ojalá que tu deseo sea paciente y
se conforme con un ramo de flores y unos versos
Pero te veo tan apacible y calma,
que como marino experto en aguas dulces y saladas,
adivino la marea de tus ojos y pareces hija de la ola más apetecible
Prima del maremoto que me arrasa, y
del viento ecuatorial, fuerte y cálido,
que empieza a florecer entre tus muslos de palmera y turquesa
Y la esmeralda libida entre tus ojos,
con todas las propiedades carnales.
Del celeste del techo,
en salto de tigre suicida me arrojo de cabeza
a tu horizonte de paraíso y tu prado de hierba
Borracho del cognag de tu espuma con que celebro.
Si ha de ser mi ultimo ínstate,
que sea con un gemido lacerante.