Martilleo sobre letras
y sin esperar
a ver lo que ha ocurrido
voy leyendo
y rectificando
lo que he escrito.
De esta forma
el formato en blanco elegido
para dar cabida en él
a versos y suspiros,
se convierte en un poema
que hay que leer
con mucho tino
para entender
de que va este asunto,
en que el poeta
a pesar de sentirse abatido
puede escribir
y darle forma
a los sentimientos más íntimos.
Y es que la vida es así,
algo parecido
a un ir y venir
siempre a la espera
de cuando será
ese segundo último.
Un sueño he tenido
en vez de martillear letras
que a fin de cuentas
quedan siempre en el olvido,
contaba billetes
que me iba metiendo en los bolsillos,
todo así hasta que me desperté
y volví a la rutina
de quien siendo poeta,
no cambiará de oficio
así le toque la loteria o un bingo.