Llevo en mi mente recuerdos,
adheridos como clavel del aire a la rama.
Tu constante andar en bicicleta,
la misma que ofrendaste a tu nieto,
al dejar de rodar en ella .
Desde temprano salías,
recorriendo las calles de la ciudad.
Te transportaba bajo el frío,
El calor, lluvia o viento;
realizando tu cobranza.
Eras su amigo,
la mimabas como a una niña,
agradecías su ayuda,
por transportarte a diario.
Tenía su lugar de privilegio en la casona.
Lustrabas su cuerpo de caños
y la mantenías intacta;
mientras relatabas anécdotas,
que rodando junto a ella vivías:
encontrarte con viejos amigos,
parientes, clientes, conocidos.
La amaste como si tuviera vida,
y al dejar de usarla,
la obsequiaste a tu nieto primogénito.
Él la guardó en un lugar invulnerable:
pensando que algún día,
también la lucirá su hijo. Mecha Foderé
Querida Mecha: !Que manera de escribir sabiendo tocar la fibra de mi corazón. Indudablemente tu hermana y tu, son de esas poetisas y escritoras que saben llegar a donde el alma se estruja de gozo. Tu segundo diez y mis felicitaciones. Ivette Rosario.