Mis ojos con avidez se posan en tu carta, busco en cada letra, en cada frase, tu voz
y beso el papel, como aquel que besa lo sagrado, con la misma adoración…
Mis sentidos y mis manos tiemblan, mi boca delincuente, roba tus palabras
llenando mis oídos con tus pensamientos.
La soledad del largo día se suaviza
con aquel folio, garabateado por tus manos
y dulces arpegios salen de mi corazón,
llenando los muros de mi soledad
con tu silueta en forma de vocablos.
Noto tu presencia entre las líneas,
acortando las distancias que como paloma mensajera
me anuncia tu amor y se abraza a mi cuerpo, llevándome a la grupa del deseo,
por un mundo fascinante, donde solo los dioses del olimpo entraron buscando la felicidad.
Quizás tu voz susurraría lo que allí me escribe, y al terminar, sería aire, pero lo escrito será eterno
y una y otra vez volveré a leer tu carta, escuchando desde el alma
tu declaración de amor.
Escrita en esta. Carta.
carmen pacheco 28 10 2010
He cometido un pequeño lapsus mental, por escribir Atte: Victor Arias. Escribí: Autor: Victor Arias. Carmen Pacheco Sanchez, te pido una formal excusa. Ahora si: Atte: Víctor Arias.