Carmen Franco.

Del reloj todo se hereda,
El tiempo todo perdona,
Ella se mece de aquí para allá,
En su mecedora tatareando.
Una vieja canción de cuna,
Y tejiendo guantes para los niños pobres,
Porque los millones le sobran, a su largo años.
De la habitación mental junto a la mesa del comedor,
Se halla un esqueleto, de cuarenta años,
De su padre presidente, dictador.
Que le falta un testículo, que está en Marueco.
No es su padre, es su tío el es Momorquico.
Y los huesos del perro junto a sus pies.
El esqueleto de Franco, tiene una pipa en su boca,
y lee un periódico de hace cuarenta años.
Madrid odiaba a ambos, un día se volvió loca,
Y los dejó de alimentar al perro, se acaba de morir,
Si solo dura quince.
Esta mañana al ver banderas me dije,
He aquí la rica indumentaria de los pobres.
Es el pudor democrático quiere ocultarme su dolor.
La preciada libertad hace que se imite ahora.
A las hojas OH libertad vegetal OH única libertad terrestre,
las cosas arden porque nos marcharemos para no volver.
Esas manos agitadas trabajarán, mañana para todos nosotros.
La muerte es el castigo de todo ser viviente.
Y en vida cual fue el pecado, si esta en la Biblia.
El diablo tiene que morir como franco y Fidel, Adolf hitler,
Pinoche, como somosa Hugo Chávez, mussolini.
Pero cuanto deben de morir primero, ante que lo poetas denuncie,
El llamado a la libertad, déjese de mierda, orador de la poesía.
Si llamo a dios nunca aparece, si llamo al diablo en segundo esta aquí.
Si siquiera se ha colgado a los que han sabían gozar de la vida.
Ni siquiera se renueva el mundo retomando la Bastilla.
Sé que sólo lo remueven los que están fundados en la poesía.
Se ha engalanado Madrid, porque carmen franco.
Me haga una llamada telefónica, desde su silla.