tu mirada felina
es una dulce tentación,
desafía locos caprichos
por saber más de ti,
cuando pasas por la esquina.
cuando caminas...
no hay confín entre noche y día,
tu osadía provoca
desmayos
y aromas de envidia
cuando tus manos, a todos toca.
tu caminar arrogante
derrama infinito pensamiento
cuando tu vestido
baila al son fragante,
del irrespetuoso viento.
tu cartera,
pegada a la cintura
es sarcófago del maquillaje,
donde tu rostro,
al sol,
le excede en brillo,
y tu pulcro anillo
está por las puras.
cuando caminas...
en conversaciones, eres el tema,
seduces la vida
y poemas,
detienes el tiempo
y me enciendes
desmedidos problemas.