Tu indiferencia

Llegará  aquella noche

Sin que tú te des cuenta;

Y debajo a la tosca grieta

Sin temor, sin reproches,

Explotará en aquel entonces

Toda tu condición siniestra.

Has tomado a la ligera

Todas las advertencias,

Y  en tu obstinación perversa,

Estarás solitario, sin que tú mismo lo creas,

Porque en tu alma ya vieja,

Habrás dejado que hierva

Esa historia maldita de Adán y Eva,

Que a pesar  de las advertencias

Y enseñanzas cristianas, sinceras,

Sigues como sonámbulo, aquellas

Terribles y asquerosas influencias

Del príncipe de la tierra,

Sin reparar tus ímpetus, y panaceas,

De los que no te arrepientes,  ni echas.

Jacinto,