Paseando por aquella granja de mi infancia,
llevando mis pasos sobre el verde césped,
húmedo de rocío,
invaden mi pecho múltiples recuerdos…
De pronto, atrae mi mirada
un brillo inusitado que se intensifica
con los tenues rayos del sol que nace…
Me dirijo hacia el lugar que llama, una fuerza interior me detiene.
Mi estupor no tiene límites:
sobre una alfombra de verdes pastos y multicolores flores silvestres,
yacen muy juntas dos monedas doradas y rutilantes como el oro…
Mis pupilas se detienen,
mi respiración entrecorta
y en mi pecho un corcovo pujante,
que mi inventiva no sabe interpretar…
Son dos monedas que parecen
colocadas por las manos de Dios…
El enigma invade mi espíritu.
No hay interpretación…
Es como si hubieran nacido
en ese rincón perfumado por el aroma silvestre,
rociadas con el brillo del rocío,
y que los rayos del sol templan
para despertarlas a la vida con su calor
aumentando su belleza….
¡Oh misterio!
¿Cómo dormitan en ese lugar?
Cuna de recuerdos de mi amada niñez,
que representa una etapa de mi vida
donde corrí gozosa por el lugar,
descubriendo cada uno de los rincones
tan soñados aún… Mecha Foderé