Deja que en tus lagos de ámbar dulce
me sumerja con mis ojos, desvelando
sus misterios;
deja que mis manos acaricien tus mejillas sonrosadas
suavemente, adormecidas en un espejismo
de ensueños;
deja que mis dedos, intrépidos viajeros,
descubran en tus rizos los secretos
de tu pelo
y se enreden y alboroten
como niños traviesos;
deja que mis labios, portadores de suspiros,
en tu boca satisfagan laberintos
de deseos;
y deja a mi corazón, mientras tanto,
retumbar como un tambor,
y estallar
en el centro de mi pecho...
¡Oh, amada,déjame...!
pio espejo
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!