Disgresiones y desvarios sobre el olvido y el tiempo

Todas las mañanas junto migas del pasado
Están debajo de mi cama, en el pasillo,
La mesa, las sabanas…
Inclusive se pegan al espejo cuando miro mi reflejo
Siempre queda el resquemor de lo acontecido
Siempre hay sabores poco agradables al paladar
Siempre comienza una lucha estúpida…
Entre el cuerpo y las malditas costumbres.
No veo la razón de sucumbir ante el desengaño
Pero el periódico, las publicidades y la tv,
Muestran y enseñan lo contrario.
Levedad y desinterés son sus leyes.
El mundo ya derrapo y se fue del camino
Hay muchos abogados dando vueltas
Algo anda mal y necesita ser defendido
¿Debo disculparme por mi pesimismo?
Y ella no esta, se esfumó y el viento le dio otro rumbo.
Vi como sucedía y no pude hacer nada.
Y ahora ser “yo mismo” es imposible.
Parte de mi percepción también se fue volando.
Cuando el lazo se rompe quedas solo
Buscando un puñado de respuestas.
Paradójicamente, solo puedo contestar con cosas efímeras.
Unas cuantas cervezas y ciento cincuenta pesos al mes en cigarrillos.
En la calle todo sucede rápido y no hay parajes
No soy bueno siguiendo corrientes e ideales prefabricados
No puedo preguntarle al quiosquero
Que leer cuando estoy decepcionado.
Por inercia todos siguen en el mismo pozo
Y lo decoran con lo que encuentran.
Así hacen más ameno lo que un día no querían.
Lamentablemente nos adaptamos a vivir con el barro
Me duelen las piernas de correr y escapar
Es que no quiero aferrarme a la normalidad
Ni recibir consejos de libros baratos de autoayuda
Cuyo protagonista es la mascara negra del devenir y el dejar pasar.
Si me salgo del torbellino tal vez vea un rostro sincero
Que me diga “ya has muerto y debes nacer de vuelta”
Pero es difícil cambiar de piel como la serpiente.
Ella sabe que seguirá devorando a su presas.
No pude anticipar el desenlace
Se fue llorando con una duda bajo su pecho amanecido
Ella esperaba un cambio rápido, un torniquete para dejar de sangrar
Pero yo no llegue a tiempo, me perdí en la carretera de los indecisos.
Una vez busque señales frente al mar
Me tope con una chica que pasaba,
Tenía una leyenda en la remera,
“elige el amor” decía, y lo tome como un dictamen.
Nos volvimos a ver de nuevo
Pero los jueces del tiempo tenían un veredicto distinto.
Todo estaba sellado y dijeron que era el destino
Tome mis cosas y me marche hacia un lugar que todavía desconozco.
Perderla fue perder un hogar,
Un puerto donde anclaban mis ideas.
“Es definitivo” dijo en voz baja por teléfono,
Y desató los nudos que unían visiones esperanzadas de reencuentro.
Y ahora estoy aburrido y desorientado
Viéndoles la cara a todos, desconfiando de todo
Sin religiones ni dioses de mesas de luz
a los que pueda acudir para que me mientan un poco y remienden mi ropa.
Café, películas de afamados directores, libros de filosofía,
Pensamientos de personas ilustres, refranes, frases hechas…
Nada me entrega una sola verdad.
Afuera siguen pasando cosas extrañas y todo tiene una dirección azarosa.
Son las cinco y sigo pensando en como sucedió
Me atemoriza el hecho de que con el curso de los días
Se vuelve más difuso el recuerdo de su aroma
El tiempo es la maquina de demolición más demoníaca que conozco.
“Carpe diem quam minimum credula postero”
Aprovecha tu vida, no confíes en esa frase.
No lo intentes, a menos que quieras ahorrarte muchas preguntas
Y cientos de poemas descarnados.