Mi ardiente consuelo, la muerte

Desesperada marcho al andar
Imaginando poder a mi vida volver
De este martirio quiero despertar,
Dejar de sufrir, dejar de llorar.
El cruel suplicio perfora mi alma
Las heridas en vida no se comparan
Imposible pensar en cumplir mi condena
He pecado, mi crimen estoy pagando
Hoy he de contarte lo que me desgarra, mi pena.
Por un amor he sufrido
Por un amor he llorado
Que solo descontentos trajo
A la hora de partir.
Ese amor tan profundo,
Que con pasión embriagante
Y dulzura fascinante,
Que al perderlo
Solo en sueño su regreso
Esperando obtener el consuelo
De la dulce muerte
Del dulce fin.
Tú mi cielo, cuando partiste de mi lado
Envenenada en tristeza
Una daga he tomado
No soporto tu partida
Y queriendo sanar la herida
Busque mi vida terminar
Y volver a tus brazos
Y… seguir a tu lado.
“Ahora tu mi daga
Penetra fuerte
Dame muerte
Que de este mundo cruel
Se ha apartado al amor,
Ahora daga ardiente
Atraviésame el corazón”.
Es por esto que aquí me encuentro
Esperando pronto el perdón
Para ya no verte lejano
Ya no caminar llorando
Encontrar la salida
Calmar el dolor.
Poco antes de tu muerte
Feliz estaba, feliz andaba
Y en nuestro dulce encuentro
Cuando tus labios besaba
Noté tu tristeza
Como si algo faltara
Y luego tus brazos
Apretándome tanto
Que me pareció extraño
Pero también tan hermoso
Que ese bello momento
No quise apagar.
Y ahora es lo que conservo
La magia de ese dulce momento
En el que por vez ultima
Tus labios sobre los míos
Perfumaron mi alma
Llenando de calma
Y un profundo amor
A mi solitario corazón.
Ahora mi consuelo
La salvación
Por ti he de buscar
Por este amor
Que debe continuar
Y el dulce sueño
Se debe eternizar.
Espera siempre, mi amor
Que la solución he de encontrar
Y cuando me veas
Bésame, no me dejes respirar
Asfíxiame en tus brazos
Y amémonos una vez más
Soñemos con el despertar
Que nuestro amor libre será…