Mi mundo es una alfombra alada
ondulando entre la brisa
desde que llegaste a mi.
Mi mundo es mágica flauta
tejiendo entre las nubes
una sublime melodía
de indescriptibles amaneceres
llenos con la luz pura de tu sonrisa.
Mi mundo es un tarro de incienso
perfumando tu imagen y tu recuerdo,
mi mundo es lluvia de flores,
mi mundo es un inmenso girasol
cuyos pétalos se inclinan
en anhelante búsqueda
de la luz maravillosa
que irradias en tu mirada.
Mi mundo recorre tus venas
sintiéndote aún más mía
y palpita con tus sienes
en inefable armonía.
Mi mundo está en tus pupilas
de sueños líquidos, tenues,
apresado en tus pestañas
de pálidas sombras tejidas.
Mi mundo está entre las yemas
suaves, tibias, de tus dedos
colmándome de caricias.
Mi mundo está en tu camino:
constantemente hacia arriba,
hacia otros horizontes
que, sin ti, no alcanzaría.
Mi mundo vibra en tu aliento
y en él, eres mi alimento,
mi inquebrantable alegría,
la placidez de mis noches,
el esplendor de mis días.
Mi mundo es un infinito poema
en alabanza a tu persona;
mi mundo es un incesante respirar,
un segundo tras otro segundo,
solamente para ti.
Mi mundo es seguir tus huellas
y coronarte de estrellas,
mi mundo es ¡ser sólo de tí!-
Eduardo Ritter Bonilla.
26 de Febrero de 1969.