Procurando...

Silencio cadente
abrazan sus labios
cual fuego que sella
el calor en los campos.
Se aleja despacio
con mucho temor,
no quiere que el ruido
alborote la traquila soledad
e ignorancia
de quienes observan de lejos
a sus anchas.
Sus pies se deslizan
cual suave caricia,
aplastando flores,
espinas y rosas.
Las piedras lastiman
las plantas rosadas,
la tierra le muestra
que el dolor no es nada.
Nada comparado
con el dolor de vivir.
Nada parecido
al dolor de ser…
sin ser.
Nada semejante
al dolor de lo incierto.
Nada igualado
al dolor de estar…
sin estar.
A lo lejos se muestra
la tierra prometida…
solo un camino posible cabe
para saber si sus alas son fuertes
o si debe morir en el intento.
Camina al final del desierto
y debera arrojarse al precipicio.
Después de todo…
puede morir un muerto?
En silencio,
para que nadie le llore…
partira sin prisa…
pero sin demora,
todo tiene su hora.
Es probable que olvide despedirse
o tal vez lo haga al ultimo momento
pues el valor podria faltarle
y no irse.