Ha tiempo que la luna no luce sus fulgores.
Ha tiempo que sus formas no brillan en la mar.
Ha tiempo que en mis campos no crecen ya las flores,
quizá porque mis ojos se niegan a llorar.
Quienes me ven me dicen: "¡qué tristes ojos tienes...
no hay luz en tu mirada...le falta resplandor..."
y tú, como la luna te escondes y no vienes
y a mí me falta el aire faltándome tu amor.
A mí me falta todo sin ti, sin tu presencia.
Si tú no estás conmigo qué puedo yo cantar.
Si tú eres en mi vida mi luz, mi fe, mi ciencia
el alma de mi cuerpo, mis ganas de llorar.
Sin ti no tengo nada. Las cosas no me saben.
Son grises las estrellas, es vana mi ilusión
y por donde camino ni las sonrisas caben
lo mismo que en mi pecho no cabe el corazón.
A mí me falta todo sin ti. Por eso quiero
que vuelva ya la luna sus formas a cobrar;
que luzca entre sus ramas la flor el limonero
y vuelvan a mis labios las ganas de rezar.
Si tú no estás conmigo ya no me importa nada
y se enrarece el aire y se envenena el mar.
Me enfadan las sonrisas, el caminar me enfada
y quiero estar dormido sin nunca despertar.
Cómo podrían, dime, mis ojos alegrarse.
¿Quién vive en las arenas sin contemplar al mar?
¿y quién cuando tus ojos se inclinan a cerrarse
podrá sentir la vida de dicha palpitar?
Amor, amor, regresa. Cobíjame, no quieras
que muera sin tus labios poder acariciar.
Estate ya conmigo, por Dios. Ya no me hieras.
Devuélvanme tus labios las ganas de besar.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC