Confundido y torpe,
en la niebla estaba
no quisiera recordar razones,
en un torrente de figuras
Cabalgaba en pálidas glorietas, cálidas.
Una y otra vez aparecían sin anunciarse,
solo estaban por momentos las miraba,
Sin poder, sin querer tocarlas.
Si me miento,
consigo alejarlas si me tiento,
La deseo sin pausa.
Porque al saberla tan cercana,
La presiento perpetua y lejana.
Si el final tendrá que ser con ella
Ausente prefiero vivir
con la angustia de no verla,
pero saber que ahí está, pálida,
Desdibujada pero la aprecio
etérea y frágil.