Mi placer en ti

Te tengo frente a mí sentada,
observando la magia de tu físico,
y mi vista no se siente cansada,
pero mi mente entra en estado crítico.
Bendigo los rayos de luces que llegan,
que hacen magníficos tus colores,
bendigo las ráfagas de aire que se te pegan,
y que me hacen percibir tus olores.
Veo una indescriptible historia al mirarte,
refugiada en tus ojos de un segundo,
que fue el tiempo necesario para copiarte,
en el incómodo y absurdo rincón de mi mundo.
Cada movimiento tuyo es una vibración,
que mis ojos perciben como desastre natural,
cada gesto en tu rostro es una bendición,
que causa que mi escasa musa pueda perdurar.
Mis manos desean descansar en tus caderas,
y en tus muslos mis dedos festejar,
mis labios transitar tu piel de primavera,
y mi pecho el tuyo poder manejar.
Es hermoso sentirse adicto a tu piel,
más suave que el amor de un recién nacido,
qué maravilla poder notar que la miel,
pierde su dulzura al compararla contigo.
Cuánto deseo habitar dentro de tu presencia,
que tus palabras me cubran al acostarme,
que se incruste en mi alma tu esencia,
y que el intenso calor de tu cuerpo venga a consolarme.
Tan increíble eres que me siento afortunado,
de poder tener la evidencia de Dios ante mí,
de poder arrojar toda mi tristeza a un lado,
para vivirme el placer de poderte apreciar a ti.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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