Por corresponderme… tantos te agradezco,
también por entregar, tú más férvida pasión
Afecto sincero y puro, en dominio del corazón,
me enuncia tantos cariño y apenas te conozco.
Sonrisa en tus labios, hasta el extremo apetece,
domina mi sentido… mi cuerpo sin limite
se estremece, ante la tierna ninfa aun creciente.
A veces pregunto, ¿tanto candor me pertenece?
Tu alma sigue siendo de niña, mujer de mí querer,
divago en la divina gracia de tu rostro angelical.
Tanta generosidad celestial, siendo yo tan coloquial.
Observo y atinó… que cuan frágil es todo tu ser,
ciño entres mis manos tu esbelta figura.
Con regocijo y devoción, te mezo delicada natura.