Yo contigo he compartido...

Yo contigo he compartido
el lecho del amor,
jugando a lo prohibido
sin proponérmelo.
Con nuestra inocencia
hicimos para ambos
una almohada
y con caricias en la noche
descorchamos
varios tarritos de cariño
estampando muchos besos
como flores.
Navegamos por un mundo
no sé si divino o humano,
sólo sé que no había puerto
y que el mar era infinito;
y la nuestra, rosada y hermosa,
era bandera de gloria
sin espinas ni oropeles
tan solo desnuda,
en lo alto.
Nos reímos y abrazamos
y rezamos...
Palomas nuestros espíritus
salían del cuerpo
revoloteando furtivos
en la oración no percibida
de la noche.
¡Qué mística más hermosa!
Ya tu pelo no era pelo
que eran notas desgranadas
de una hermosa canción
y tu piel
sobre estas manos templadas
eran pétalos de rosa
y de oro.
¡Y tus ojos...!
Yo contigo he compartido
el lecho del amor
y, bendita seas, Dios
ha sido testigo.
pio espejo