Indefectiblemente...
tu recuerdo torna.
intenso, palpitante a pesar de todo.
resurge como el Fénix,
batiendo las alas con firmeza.
Mi vida ya transcurre sin sobresaltos,
calmada, muelle, dolorosamente gris.
no tengo el amor que tanto anhelé
y que en dos ocasiones
inicuamente rechacé.
Por cierto, ésta tenue existencia,
la misma que yo mismo me fabriqué,
es la que una persona como yo,
no deberia tener.
Mi energía, mis cualidades, para quien ?
mi amor, mi pasión, yo mismo, para quien ?
Te quise, o debería decir: las quise ?
no, no eres solo tu. La otra
no éra como tu. permíteme explicar:
Tu, la número uno,
éres un amor intenso,
pero de nivel constante ( si es posible),
graduado, uniforme,
suave como la llegada del mar,
como la luz de la luna,
como el amanecer...
Tal vez por ello mismo,
aún perdura...aqui.
te llevo como estigma
en el alma, como mi contraparte necesaria,
como mi mitad forzosa...
Tu, la número dos,
éres pasión, fuego.
todo lo abrasas, todo lo consumes.
éras lo aceptable para mi ego,
éras lo ncesario a mi vanidad.
Mi cuerpo te pedía,
mi cuerpo te tenía.
tal vez en el proceso del tiempo
sentí amarte, tal vez no éra así.
Sin embargo, llenaste con creces
lo que yo en ese momento requería.
te dí y me dí a ti irremediablemente.
Pero he aquí, que en todo caso,
sin yo proponerlo necesariamente,
has quedado plegada al lugar
que de verdad te corresponde.
Y aquella, la Uno,
vive y persevera sobre ti,
como siempre. Tu ves,
lo espiritual prevalece a lo mundano.
Demonios ! la maldita dualidad,
de nuevo o siempre
sobre mi vida ...