Mi rostro como un río desbordado hoy mi alma amaneció estrujada con mis manos temblorosas y sudadas he recogido todas tus cartas. Las voy a quemar una a una mis ojos se gastaron de leerlas se ha marchitado todo amor, toda duda, toda mentira, he podido olvidar que una vez fueron palabras escritas por aquellas manos que me colmaron de caricias. Primero leeré una frase de cada una para ver si fue una bonita estrella, un ardiente deseo, una cómplice luna, o quizás un demonio que se apoderó de mi vida. Con el corazón palpitando, poco a poco las estoy observando, en una me dices, ¡te amo! en otra, ¡te extraño! me gustó más, "si me dejas me mato" he sabido cariño que otra vida has formado, pero yo te perdono y que vivas muchos años porque la vida no es un solo camino y cuando tú volaste ya no había ni una sobra de cariño. Hoy he quemado tus cartas el humo me ha cegado en la candela yo veo un rostro muy amargado, ¿será que sientes el fuego caliente? ¿o será que en las cenizas, mi recuerdo se te aparece? Hoy día queme tus cartas no siento pena, nada me duele, gotitas de mis ojos vienen ¿las derramo de alegría? ¿o es que tu recuerdo como las cartas se enciende, para molestar mi vida?