Me siento en una cama doble y blanda,
Me miras, te miro, y a nuestro alrededor
El clima es cada vez más tibio.
Aparto la mirada, suspiro,
Me coges del mentón, y me giro.
Tu dedo índice resbala suavemente por mi espalda.
Y sube hacia arriba, despacio,
Y muy suavemente bajas el tirante del vestido.
Mi mirada se enciende, como tus latidos.
Y acariciándome me has bajado al suelo el vestido.
Te miro tímida y sonríes divertido...
Alargo mi mano a tu mejilla, resistirme es inaudito.
Tú boca besa ahora el fruto del amor antes prohibido.
En reticencia y con cariño yo te desnudo.
La pasión es nuestra dueña y ahora quiero jugar.
Tú empezaste esto y ahora lo has de acabar.
Ahora siento arder mi piel y encender mis sentidos,
Ahora sé que entras en mí con frenesí desbocado,
Me resisto a gemir juntando labio con labio,
Cerrando los ojos, disfrutando de tenerte a mi lado.
Ya lo siento, sube, muy dentro de mí...
Sí, no puedo evitar el gemir,
Mis labios del pubis empapados,
Los cristales de nuestra habitación empañados.
Y tú entras en mí,
Nadie lo había logrado,
Quédate siempre conmigo, aquí,
Quédate a mi lado.
Ahora... Shhh... duerme...
Quédate a mi lado.
El volcán ha serenado,
Todo, todo ha terminado.