La muerte al fin me toca

Amanece el día oscuro igual que mi gran soledad,
los torrentes de sangre en hielo se convierten
y mi alma al fin desaparece, volando sobre el gran firmamento
perdiéndose entre suspiros al viento llevándola al compás del los trinos de las aves.
El aliento se congela sumiéndose en un profundo
descanso.
El cuerpo inerte tendido en el césped al fin perece,
y mi corazón entre aire y suave aroma de campo
descansa haciendo de la gran campiña mi morada,
que entre sus brazos me arrulla y protege.
eso es la muerte el descaso eterno.