Tu figura,arabescos incitantes,
que van creando, las formas que deseo.
El día después,soledades ignotas,
proyectando sombras,con sabor amargo.
Tu mirada,arco iris,
de aguas tranquilas,donde me sumerjo.
El día después,abismos oscuros,
donde naufrago,en lenta agonía.
Tus brazos,fortaleza inexpugnable,
que me amarra para poder vivir.
El día después, desierto infame,
que alienta mi inútil desvarío.
Tus manos,seda ansiosa,
que me recorre en mil caricias.
El día después, áspera simiente,
que aletea en mi piel,y agrieta mi locura.
Breves las vivencias con sabor a poco,
tal vez inconclusas con sueños de loco.
El día después,de cualquier modo,
lo que ayer soñé,me quitaron todo.
Hubiera vivido, como yo quería,
si hubiera sabido, lo que quedaría,
vivencias sublimes, como un solo verbo,
sería el recuerdo,el día después.